VIEJOS SON LOS TRAPOS

22.02.2018

El regreso de Roger Federer al número 1 del mundo después de casi 6 años, y a punto de cumplir 37, volvió a poner en el tapete algo que nosotros los argentinos venimos viendo y disfrutando con el rejuvenecido Manu Ginóbili (40): La vigencia de deportistas mayores de 35 años al más alto nivel en disciplinas que requieren de un gran desgaste físico.

A estos dos monstruos (que incluso se elogiaron mutuamente) podríamos agregar otros que más cerca o más lejos siguen sorprendiendo por su despliegue, mentalidad, orgullo y pasión frente a jovencitos que tienen en muchos casos la mitad de su edad: Gianluigi Buffon (40), Vince Carter (41), Omar Narváez (42), Pablo "Cholo" Guiñazú (39), Ivo Karlovic (39) más los recientemente retirados Francesco Totti (40) y Andrea Pirlo (39) por citar algunos. Y los emblemáticos casos de los súper veteranos, el español Carlos Sainz, que a los 55 años ganó el último Dakar que finalizó en Córdoba, y el velista Santiago Lange, campeón olímpico en Río 2016 también a los 55.

Algunos deportistas pueden permitirse el lujo de vencer al paso de los años, llegando a competir contra rivales más jóvenes al más alto nivel e, incluso, muchos llegando a su plenitud deportiva a una avanzada edad. No hay duda de que esa plenitud física, por fisiología, "llega a los 25 años, empezando a decaer a los 30", asegura Gilberto Díaz, médico deportivo. Sin embargo, "los tiempos cambian, la medicina y la preparación también", por lo que llegar a los 40 años físicamente apto es una meta para varios en distintas disciplinas.

Aunque no todos los consiguen. "Hay un conjunto de factores que juegan un papel muy importante" a la hora de que un deportista pueda alargar su carrera. Según el doctor, "la genética, la cuestión psicológica, viéndola desde el punto de vista de las ganas que un deportista tiene, los hábitos saludables de vida (entrenamiento, alimentación, descanso) y, además, no tener un historial de lesiones importantes, provoca que la gente quiera seguir triunfando".

Y a todo esto yo le agregaría la sabiduría que dan los años. Cuando no se puede correr a la par de un rival, hay que saber esperarlo. Cuando no se puede chocar, hay que saber esquivarlo. Cuando el despliegue no es el mismo, hay que saber ubicarse. Por eso cobra vigencia aquello que "no maneja mejor el que va más rápido, sino el que llega primero".

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